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"En el Ecuador el modelo pedagógico no ha cambiado"

Unidad Educativa del Milenio (UEM) - Ecuador
Entrevista con Rosa María Torres por Desirée Yépez - Revista Plan V

Quito, 16 de Febrero del 2016

En el primer trimestre del año pasado, desde el Ministerio de Educación se anunció el inicio de un convenio de cooperación entre Ecuador y Finlandia con el fin de mejorar la calidad educativa en el país. Para muchos, la educación básica en el país nórdico es un modelo a seguir. Rosa María Torres es pedagoga, investigadora, y en octubre de 2015 viajó hacia el país europeo a analizar el funcionamiento del sistema finlandés que se quiere replicar a escala mundial. ¿Es posible que funcione en Ecuador? Ella responde.  

 
En marzo de 2015 se anunció que Finlandia asesoraría a Ecuador en temas de educación inicial y práctica docente ¿Por qué se toma a Finlandia como referente educativo?
 
Finlandia se convirtió en estrella mundial de la educación a raíz de las pruebas del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), en el año 2000. Finlandia sorprendió, y se sorprendió a sí misma, en las tres áreas que mide esa prueba: lectura, matemáticas y ciencias. Ahora los finlandeses están creando algo que llaman 'educación para exportación'. Programas, instituciones, proyectos, para ayudar a otros países. Finlandia viene colaborando en la mayoría de países de América Latina. El Ecuador es uno de ellos. 
 
Como pedagoga, ¿qué cree que es importante replicar del modelo finlandés en Ecuador?
 
No se puede separar lo pedagógico de lo curricular, la formación docente, la sociedad, los medios de comunicación… es un paquete. Un modelo educativo responde a una determinada sociedad, a un momento específico, y tiene componentes culturales que no son fácilmente transferibles.

Lo de Finlandia es un proceso, son cinco décadas que los finlandeses están dedicados de manera sistemática a reformar su educación. Vienen de una situación de gran precariedad. A mediados del siglo pasado, los pobres iban por un lado, los ricos por otro … En este lapso lograron desarrollar una sociedad profundamente igualitaria, una educación democrática que valora el juego, que pone en el centro el aprendizaje. No hay el concepto de escuela de excelencia; todos los profesores son buenos. No es solo la pedagogía; hay una cultura de confianza, que es un valor de la sociedad. Por el contrario, en América Latina los niveles de desconfianza son altísimos; en ese contexto, es difícil instalar la confianza en la cultura escolar.
 

¿Cómo trasladar ese modelo a Ecuador?
 
Se trata de un cambio cultural, tomaría décadas. Finlandia tiene los índices más altos en todas las cosas buenas a las que uno aspira. Es el segundo país menos corrupto del mundo. A nivel económico, político y social tiene indicadores positivos. Eso no se traslada fácilmente, está en la cultura, en la historia, en la gente.

El cambio fundamental en educación está en la pedagogía. Se puede tener la mejor infraestructura, la mayor inversión, pero si no cambian las relaciones de enseñanza-aprendizaje en las aulas, entre profesores y alumnos, lo demás es decorativo.


En el Ecuador el modelo pedagógico no ha cambiado. Las Unidades Educativas del Milenio son nuevas, tienen gran infraestructura, computadoras, pero adentro de esa estructura  se reproduce la educación tradicional, el modelo pedagógico frontal, transmisivo, pasivo.


Lo pedagógico es la gran fortaleza de Finlandia. No se ven cosas espectaculares en infraestructura. Vi cosas extraordinarias en escuelas modestas desde el punto de vista arquitectónico y de recursos tecnológicos, pero de enorme riqueza en términos pedagógicos. Profesores haciendo maravillas con recursos mínimos.

 
El modelo finlandés parecería contradictorio con el ecuatoriano. Parte de los logros que recalca la 'revolución ciudadana' es el despliegue de infraestructura y tecnología en las Unidades Educativas del Milenio…
 
Vivimos momentos distintos. Cuando empiezas antes, antes te das cuenta de los errores, investigas, afinas … En Finlandia se eliminaron los laboratorios informáticos en las escuelas. En Ecuador se inauguran las Unidades Educativas del Milenio con laboratorios informáticos que se presentan como una innovación … En Finlandia y en otros contextos las TIC ya están incorporadas en las aulas.

Foto: Gabriela Yépez
En América Latina seguimos en la etapa en que primero compras las computadoras, las pizarras electrónicas, y luego se piensa qué hacer con eso. En Finlandia muchos profesores usan la pizarra verde o la blanca con marcadores. Vi pocas pizarras electrónicas.

Finlandia ha hecho el recorrido que seguramente vamos a hacer en 10, 20 años: desechar aquello que no sirve, aquello que distrae, y confiar en los profesores como lo fundamental.


Parte del convenio entre Ecuador y Finlandia es la formación de profesores en centros zonales de práctica y desarrollar programas de actualización. ¿Se sabe algo de los resultados en este primer año?


Hay poca información. Es difícil hacer investigación educativa en el Ecuador. La información que da el Ministerio de Educación es escueta. Me fui a enterar en Finlandia acerca de qué están haciendo aquí los finlandeses, allá me reuní con alguna de la gente que está trabajando en el Ecuador.


¿Y qué están haciendo aquí los finlandeses?


Entre otros están ayudando en capacitación docente. Cómo lo están haciendo y si hay resultados, lo desconozco.


La formación docente es un proceso complejo. De hecho, en Finlandia me comentaban que cuando hacen capacitación en otros países les obligan a replicar cosas que ellos ya dejaron de lado, como las capacitaciones masivas. Procesos estandarizados, donde se replica la pedagogía que no se quiere.


Lo ideal es formar a los docentes del mismo modo que se les pide a ellos que se relacionen con los alumnos. De hecho, en Finlandia el criterio principal de selección de los maestros no radica en la cantidad de títulos que posean ni en sus calificaciones. Se realiza una entrevista personal, donde se valora su compromiso con la comunidad, si fue o es voluntario en alguna causa, habilidades artísticas, sus sensibilidades como persona… Solo el 10% de quienes se presentan obtienen una plaza.


En Finlandia no hay rankings y se evita las pruebas estandarizadas. No  se rankea a las escuelas, menos a los alumnos, no hay 'tú eres el mejor' o 'tú eres el peor'. El sistema educativo finlandés fomenta la colaboración, no la competencia. El principal objetivo es la equidad, no la excelencia. El Ecuador se enrumba en un sentido contrario, basado en la competencia y la excelencia. En Finlandia el lema es "toda escuela, una buena escuela".


¿Cuáles son los defectos de ese sistema?


Encontré pocas situaciones que me sorprendieron negativamente. Por ejemplo, entré a una clase de secundaria y la profesora les pidió a los alumnos pararse y saludar a la visitante, como en los planteles más tradicionales. Luego la exhibición era que yo viera cómo hacían, en parejas, un Powerpoint sobre Finlandia, usando Wikipedia: ¡la cosa más convencional del mundo hoy en día! Tal vez la profesora pensaba que yo, visitante de país del tercer mundo, me sorprendería con eso. Al salir me di cuenta que no era solo el aula, toda esa escuela es así. Eso es lo más "terrible" que vi en mi visita en Finlandia ...


Los finlandeses me decían que vaya al norte del país para analizar lo que pasa en la zona rural, pues Helsinki, la capital, es una cosa, la zona rural - como en todo lado - es otra … Las peores cosas las vi en situaciones de ‘show-off’, donde los profesores están pensando en el visitante y no en los alumnos.    

¿Cómo trasladar los aspectos positivos a un contexto escolar como el ecuatoriano?


Hay muchas cosas que pueden hacerse sin necesidad de trasladar o copiar de nadie. Ver a los chicos finlandeses en el comedor escolar es un poema. Los chiquitos aprenden a servirse, comer tranquilos, compartir, desechar, poner las cosas en su sitio y reciclar. 


Quisiera ver qué pasa en el Ecuador en el comedor de una Escuela del Milenio… Todo eso pueden aprender a hacer nuestros niños, si tienen el ejemplo y la guía adecuada. Se trata de ejercicios ciudadanos que tienen un impacto sobre la vida para siempre.

¿De qué depende que esos aspectos se puedan hacer en Ecuador?


De los sistemas escolares que he visto, el finlandés es el más atento a las necesidades del alumno. Hay un valor subyacente que es la empatía y otro que es el respeto. Hay que pensar en los chicos, son personas y cada uno es distinto. Basta con comprender eso; son valores universales.


En el Ecuador, el Ministro de Educación dice que aspira a que nuestro país tenga "el mejor mejor sistema escolar del mundo". No sé qué entiende él por eso ... Hay muchos criterios para definir qué es un buen sistema educativo. Los puntajes en pruebas no son lo único ni lo más importante. Eso revela apenas un aspecto de una escuela. Falta saber cómo se sienten los alumnos en la escuela, si tienen miedo o si aprenden motivados, con alegría. No estoy de acuerdo con rankear escuelas con base en pruebas. Finlandia no lo hace. Y otros países están dejando de hacerlo. Es una lástima que el Ecuador empiece a hacerlo cuando otros lo abandonan.


Mientras se habla del ‘boom’ de la educación finlandesa, en Ecuador se destaca un supuesto ‘milagro ecuatoriano’ en educación, que se refiere básicamente a la inversión que el gobierno ha destinado a ese rubro. ¿En términos educativos, existe realmente un milagro ecuatoriano?


El ‘milagro ecuatoriano’ destinó la inversión principalmente a tres rubros: carreteras, hospitales y escuelas.


En educación, la prioridad en estos nueve años se ha puesto en la infraestructura. Recuperar la gratuidad ha sido una conquista importante pero la calidad sigue siendo un desafío grande y pendiente. La infraestructura es un aspecto secundario de la calidad educativa; el factor más importante para el cambio educativo siguen siendo los docentes, y ese es tema complejo y proceso largo.


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Un Powerpoint sobre Finlandia


Rosa María Torres


Me bajé del ómnibus en parada equivocada, debí caminar y luego pedir un aventón en la carretera, llegué media hora tarde a la cita, los estudiantes con los que me topé a la entrada no entendían inglés, el director me recibió displicente, sin ocultar su enojo. No paré de pedir disculpas. Todo mal. Empezó mal y terminó mal. De hecho, lo que ví en este colegio fue lo más convencional y lo menos innovador de toda mi visita en Finlandia.

La profesora encargada de los visitantes internacionales me llevó a una sala en la que me presentó un video de 10 minutos sobre el colegio y me entregó varios materiales informativos. Luego me hizo un tour rápido por las aulas. En cada una nos deteníamos en la puerta; ella me explicaba qué clase era, qué estaban haciendo los alumnos, y pasábamos a la siguiente. En una de las paradas abrió de par en par la puerta y me invitó a entrar. Era una clase de inglés.

Como movida por un resorte, l
a profesora a cargo del grupo pidió a los estudiantes ponerse de pie para recibirme y saludarme. La situación me recordó ipso facto mi primera visita de estudio a Cuba; en cada escuela y en cada aula por la que pasaba los estudiantes se paraban, me saludaban en coro y en alguna ocasión hasta me cantaron el himno. Sucedió en Cuba, hace muchos años; no creí que vería algo así en Finlandia, hoy.
 
Los estudiantes - jóvenes de 15-16 años - estaban esperándome. La profesora les había pedido que hicieran un Powerpoint sobre Finlandia. Sentados en parejas frente a 15 desktops alineadas contra la pared, habían escrito ya algunos datos sobre el país. Al pasar por los asientos y recorrer las pantallas, constaté que todos habían escrito más o menos lo mismo. Pregunté de dónde tomaban la información y me dijeron que de Wikipedia.

Todas las visitas que había hecho durante la primera semana fueron relajadas, informales. En ningún lado ningún profesor o director pidió a los alumnos que se pararan para recibirme. A lo sumo me presentaron, y continuaron trabajando.

Este colegio está en zona semi-rural, en Espoo, a una hora de Helsinki. El día anterior había estado en un plantel cercano a éste, también en Espoo; allí el comportamiento de profesores y alumnos fue informal. ¿Acaso la avalancha de visitantes extranjeros está estimulando este tipo de comportamientos?
 

Hacer una presentación en Powerpoint tomando textos de Wikipedia no es precisamente una actividad muy creativa. Es más bien común hoy en día en planteles que tienen computadoras y conexión a Internet. De nuevo, me pregunté si éste podría ser un efecto inducido por la visita. ¿Acaso la profesora pensó que una visitante del Ecuador valoraría esto como algo innovador, como ejemplo de buen uso de las TIC en el aula, para la enseñanza de un segundo idioma?

Otras cosas que ví en el colegio - en otras aulas, en los corredores, en el comedor, en la sala de profesores, en la oficina del director, en el patio, a la entrada y a la salida - me llevaron a concluir que éste es, en efecto, un plantel bastante convencional. 

El hombre que me recogió en la carretera me había advertido. Fue padre de familia en este colegio. No le gustaba el director. "Habla mucho y no escucha", me dijo. Discrepó y discutió en más de una reunión de padres. Sus hijos no estaban contentos, venían con quejas; el año pasado les puso en otro colegio. 

En el ómnibus, de regreso a Helsinki, me puse a hojear la folletería sobre el colegio que me habían entregado. El último informe anual de labores, dividido en dos partes (la primera en finlandés, la segunda - más resumida - en inglés), rebosa fotos y comentarios de visitantes de diversos países de Europa, Asia, Africa. Ninguno de América Latina. Qué duda cabe: en el informe 2015 apareceré en la galería de fotos, primera visitante del Ecuador. No me asombraría que omitan publicar mi comentario forzado en el libro de visitas. Demasiado escueto y falto de entusiasmo como para destacarlo.

Aunque la experiencia de esta visita en general no fue buena, fue bueno saber que "también en Finlandia se cuecen habas". No todo es innovador y maravilloso, como es obvio, y ésta fue mi oportunidad de constatarlo. 

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Salas de profesores


Sala de profesores en una escuela en Helsinki. Foto: Rosa María Torres

Siempre que visito escuelas, hay tres cosas que insisto en ver: los baños, los patios y las salas de profesores. Todos ellos dicen mucho acerca de la escuela y de la calidad de educación que ofrece.

Mi pedido suele causar estupor. Directores, profesores y estudiantes esperan que el visitante quiera ver las aulas, no los baños; quiera ver clases, no recreos; interactúe con los profesores en los espacios habilitados para las visitas, no en aquellos considerados parte del "puertas adentro" de la escuela.

Incursionar en estos ámbitos me trae muchas sorpresas. Baños, patios y salas de profesores precarios, descuidados y hasta inexistentes. En un baño en escuela ecológica en México casi me infarto. En los patios veo a menudo violencias, maltratos, soledades, tristezas. En muchas salas de profesores he confirmado el poco valor que se da a los docentes, a su tarea, a su descanso, al trabajo en equipo.

En Finlandia, obviamente, no iba a hacer excepciones. Desda la primera escuela que visité, me preparé para pedir ver la sala de profesores. Si tanto se valora a los profesores en la cultura finlandesa, seguro encontraría espacios docentes a la altura.

No tuve que pedirlo. La profesora encargada de atenderme me dijo que había que esperar un rato para entrar a una clase y que, si quería, podía esperar en la sala de profesores. Estaban reunidos en ese momento, pero podría sentarme y tomar un café.
Foto: Rosa María Torres

Así pues, lo primero que ví en mi visita de estudio en Finlandia, y sin tener que pedirlo, fue una sala de profesores en una escuela en Helsinki. Una veintena de profesores estaban enfrascados en una reunión de trabajo, sentados alrededor de una mesa, en una habitación cómoda, bien iluminada. Yo, sin entender una palabra, observando, escuchando y tomando notas desde una pequeña habitación contigua, conectada a la sala principal. 


Foto: Rosa María Torres
En una escuela de práctica docente, también en Helsinki, el recorrido que me hizo la directora incluyó varias estaciones incrustadas en los distintos departamentos. Son pequeños centros de recursos que sirven al mismo tiempo de espacios de trabajo y descanso de los profesores de cada uno de esos departamentos. Pasamos por las estaciones de Matemáticas y de Informática, ambas equipadas con sofá, mesas y sillas, laptops y otros implementos de trabajo.

En una escuela semi-urbana en la zona de Espoo, fuera de Helsinki, construida hace más de veinte años, la directora me invitó a conversar en su oficina después de la visita. La oficina quedaba junto a la sala de profesores, ambas situadas en el segundo piso, con amplios ventanales y vista al bosque y a los niños que juegan afuera durante los recreos.

Foto: Rosa María Torres
Foto: Rosa María Torres
Encontré aquí la sala de profesores más acogedora y bien equipada que he visto jamás en un plantel público. Una mesa de reuniones con una pizarra blanca grande. Como complemento, una suerte de living, con sofá, sillones, mesas, plantas, libros y una pantalla grande de televisión. Y un cuarto de cocina en el que hay entre otros una máquina dispensadora de café y una heladera.

Los profesores vienen aquí a conversar, a leer, a trabajar, a descansar, a tomar un café, a reunirse con otros profesores.


Cuando estaba por irme, empezaron a llegar varios a la sala. Era el cumpleaños de alguien y se aprestaban a celebrar con pastel y velas. La directora me invitó a quedarme pero me excusé. Debía tomar el ómnibus de regreso a Helsinki antes de que oscureciera, alrededor de las 5 de la tarde en esta época del año.

Una cosa más en que Finlandia no me defraudó. Seguramente hay planteles con salas de profesores mucho menos atractivas que las que ví en esta visita de estudio. Pero me quedó claro que cada plantel tiene al menos una y que se utilizan. El contacto, la colaboración y el aprendizaje entre profesores es un aspecto esencial de la educación finlandesa y del profesionalismo docente en este país. La arquitectura y el tiempo escolar honran y facilitan ese contacto y esa colaboración.

Hay que contarles estas cosas a los políticos latinoamericanos, que tan a menudo hablan de valorización y de profesionalismo docente pero se olvidan de los profesores y de sus necesidades cuando planifican, construyen y equipan escuelas.

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10 ideas falsas sobre Finlandia y la educación


e-volv
Los finlandeses se guían por la filosofía de "menos es más".

1. FALSO: Finlandia es el país que más invierte en educación 


A nivel mundial, Finlandia ocupa la posición 23 en cuanto a financiamiento de la educación en relación al PIB: 7.2% (Informe de Desarrollo Humano 2016)
 

Destina a la educación el 11.2% del gasto público, desde la inicial a la superior, incluyendo a esta última (el Ministerio de Educación y Cultura se ocupa de todo el sistema). En los países de la OCDE el promedio es 12% (OECD, Education at a Glance 2015).

La educación se ofrece de manera gratuita (con dinero proveniente de los impuestos, que son altos), incluyendo transporte y provisión de un almuerzo caliente diario a todos los estudiantes (en la educación secundaria superior los textos no son gratuitos).


Países con rendimientos escolares muy inferiores a los de Finlandia, y sin educación gratuita, tienen presupuestos educativos mucho más altos. Un caso claro es EE.UU.

2. FALSO: El secreto está en más tiempo (de enseñanza, de aprendizaje, de ayuda)


Finlandia es el país de la OCDE con menos tiempo dedicado a la educación escolar. Calendario de 180 días, jornadas diarias cortas, menos horas de clase, menos deberes.


Un profesor enseña en promedio 600 horas por año, 4 horas diarias o menos. (Un profesor en EE.UU. enseña 1.080 horas al año, 5 ó 6 clases diarias).

La escolarización se inicia a los 7 años de edad. Hasta entonces, la prioridad es el juego.


Se prefiere menos tiempo de clase, más recreos y más largos (75 minutos de recreo en total).


La hora de la comida debe ser pausada, placentera, sin prisa.

 
Finlandia es el país que menos deberes envía. Pocos deberes, más tiempo libre para jugar, actividad física, aprender fuera de la escuela, estar con la familia y los amigos.

Padres y madres finlandeses son, después de los japoneses, los que menos tiempo dedican a ayudar a sus hijos e hijas con la educación escolar (3.1 horas a la semana, en promedio). (Global Parents' Survey, Varkey Foundation, enero 2018). 


3. FALSO: Se usa mucha tecnología para la enseñanza y el aprendizaje

El sistema educativo finlandés confía fundamentalmente en las capacidades y el expertise de los profesores. La fortaleza de la educación finlandesa está en la pedagogía, no en la tecnología. Las tecnologías están al servicio de la pedagogía, no al revés. 

Finlandia está de vuelta de muchos espejismos creados por la tecnología en las últimas décadas. Ratifica la importancia de escribir a mano y de leer en papel, de no sucumbir al teclado y a las pantallas.

Las TIC no están confinadas en laboratorios informáticos. Están incorporadas a las aulas y a otros espacios de aprendizaje dentro de los planteles escolares.


4. FALSO: Hay una gran infraestructura escolar


Finlandia tiene cerca de 5.000 instituciones escolares. En los últimos años se han construido algunos edificios nuevos, con arquitectura escolar siglo XXI.

La mayoría de los edificios
escolares tiene 50 años de vida y el diseño arquitectónico convencional organizado en aulas y corredores, hoy considerado obsoleto. 35% de ellos necesita reparaciones urgentes. Hoy lo que se plantea no es construir nuevos planteles para sustituir a los existentes sino hacerles adecuaciones a fin de convertirlos en planteles modernos.


La clave está en la organización y el uso del espacio, en la creación de ambientes de aprendizaje abiertos, flexibles, estimulantes, informales. Todo apunta a generar colaboración, trabajo en grupo y entre pares, dentro y fuera de las aulas.

Aunque no existe una normativa nacional respecto del tamaño de la clase, los grupos son generalmente pequeños (máximo 20 alumnos por clase) a fin de facilitar la interacción y la enseñanza personalizada. Se insiste en esto sobre todo para los primeros grados.


5. FALSO: Se selecciona a «los mejores alumnos» (los con mejores calificaciones) para la docencia

«Los mejores» no son necesariamente los que tienen mejores calificaciones o más títulos. 

En la selección de los futuros docentes se valora la motivación, la actitud hacia el aprendizaje permanente, el amor por la lectura, el pensamiento crítico, la creatividad, las habilidades artísticas y de comunicación, el talento musical, el conocimiento de idiomas, valores como la empatía, la perseverancia y el compromiso social.

Una vez en el ejercicio de la docencia, los docentes gozan de gran autonomía para conducir sus clases y tomar decisiones en torno al currículo y la pedagogía así como en la relación con los padres de familia.

 
6. FALSO: Finlandia es el país que mejor paga a sus profesores 

Los profesores en Finlandia ganan 5 puntos porcentuales menos que el promedio en los países de la OCDE. Asimismo, dentro de Finlandia los profesores ganan menos que otros colectivos profesionales con un nivel similar de educación (por ejemplo médicos y abogados). Los profesores de educación inicial tienen los salarios más bajos. De hecho, hay insatisfacción docente con los salarios.

La clave del buen desempeño docente no es el incentivo económico. Hay otros factores que explican su gran motivación por la enseñanza y su profesionalismo.

Los profesores finlandeses son cuidadosamente elegidos, formados con altos estándares de calidad y socialmente respetados. Gozan de gran autonomía en su trabajo. La sociedad confía en ellos. Tienen un sentido de valía y realización personal.


7. FALSO: Los profesores no están sindicalizados

 
Más del 90% de los profesores finlandeses están sindicalizados.

El sindicato docente OAJ es fuerte y es un actor fundamental de la educación y de la reforma educativa. Tiene más de 120.000 miembros e integra todos los niveles del sistema, desde profesores de educación inicial hasta profesores de educación superior.

OAJ hace sus propias investigaciones y análisis, participa de manera permanente y activa en las deliberaciones en torno a las decisiones de política educativa y asume un rol crítico y propositivo en relación a éstas.

8. FALSO: Finlandia aplica pruebas estandarizadas


Finlandia no cree en las pruebas estandarizadas y las rehuye. Aplica una sola prueba estandarizada a los estudiantes al final de la educación secundaria.

La preocupación principal del sistema educativo es el aprendizaje, no los puntajes. Enseñar para aprender, no para sacar buenas calificaciones. Menos tiempo dedicado a pruebas, más tiempo dedicado al aprendizaje.
Cada profesor o profesora evalúa de manera permanente el aprendizaje de sus alumnos y está alerta para identificar problemas y darles solución oportuna. La repetición está prácticamente abolida.

No existe un sistema de evaluación docente. A los profesores no se les aplica pruebas.


9. FALSO: Finlandia establece y publica rankings escolares


Finlandia fomenta la colaboración, no la competencia entre alumnos, entre profesores, entre escuelas. Consecuentemente, evita los rankings.

No publica resultados de aprendizaje ni a nivel de las escuelas ni a nivel de la educación superior.

El objetivo de los finlandeses nunca ha sido ser el mejor sistema educativo del mundo, ni siquiera de Europa; solo ser el mejor sistema que pueda ser para los estudiantes finlandeses.


10. FALSO: Finlandia está satisfecha con su sistema educativo

Pese a su buen desempeño en PISA y a sus altos indicadores en muchos ámbitos económicos, sociales y culturales, Finlandia está siempre insatisfecha, buscando mejorar la educación para hacerla más atractiva y significativa para los alumnos.

La reforma curricular que empezó a implementarse en 2016 involucró gradualmente a todos los niveles del sistema educativo, se propuso fortalecer el uso de las tecnologías digitales en la educación, repensar la educación inicial así como la educación técnica y vocacional, desarrollar la educación terciaria, ampliar el aprendizaje de idiomas extranjeros, hacer más accesible el arte y la cultura en las escuelas, y crear nuevos entornos de aprendizaje.

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Una comida caliente al día para todos (Finlandia)


- ¿Sabes que el sistema educativo finlandés es famoso en el mundo?, le pregunté a un estudiante en un colegio secundario en Espoo.
- Sí, me dijo.
- ¿Sabes por qué?
- Porque da una comida caliente al día a todos los estudiantes de manera gratuita.

Me tomó por sorpresa. Tan acostumbrados estamos a asociar la buena fama del sistema escolar en Finlandia a los puntajes en PISA. Pero resulta que los finlandeses están orgullosos de su comida caliente diaria en las escuela mucho antes de que PISA existiera. Explica el folleto School meals in Finland: Investment in learning (Almuerzos escolares en Finlandia: Inversión en aprendizaje):
"Finlandia fue el primer país en el mundo en servir comidas escolares gratuitas. 1948 es considerado el año en el que empezó el servicio de catering escolar, aunque las actividades de catering a menor escala habían estado ahí desde inicios del siglo 20. Hasta inicios de la década de 1960 la comida escolar consistía principalmente de sopas y purés de distinto tipo. Los niños traían de sus casas pan y leche para complementar el almuerzo escolar, el cual por lo general no era muy substancial.

En los 1960s, las comidas escolares se hicieron poco a poco más variadas. Empezó a usarse comidas congeladas y procesadas, y a servirse más vegetales. En los 1970s los menús escolares contenían a menudo nuevos productos como arroz o espaguetis, que aún no eran populares en los hogares. Muchos niños también aprendieron a comer vegetales, ensalada y frutas en la escuela". (Nuestra traducción del inglés)
Hoy, el almuerzo escolar es otro aspecto admirable de la educación finlandesa. Servicio universal, completo, balanceado y de excelente calidad. El menú consiste de:

- Verduras (mitad del plato)
- Papas, arroz o pasta (cuarta parte del plato)
- Pescado o carne (cuarta parte del plato)
- Leche y agua
- Pan con margarina o mantequilla
- Bayas o frutas (postre).

Se ofrece también menús especiales por problemas de alergias, o por cuestiones éticas, culturales o religiosas. Cada vez más escuelas atienden necesidades dietéticas especiales de los alumnos.
"El objetivo es mantener y mejorar la salud de los estudiantes y darles energías para el trabajo escolar. El catering escolar asegura estos propósitos siguiendo orientaciones del Consejo Nacional de la Nutrición. Una comida escolar debe equivaler aproximadamente a un tercio del alimento diario que debe ingerir un niño. Debe ser gustosa, colorida y bien balanceada".
Se cuenta con que los alumnos lleguen a la escuela habiendo comido un desayuno suficiente y balanceado, que les permita jugar y estudiar hasta que llegue la hora del almuerzo.

La obligación de proveer una comida escolar diaria balanceada, sabrosa, suficiente y gratuita, consta en el Acta de Educación Básica. Como parte del currículo, cada municipio debe diseñar un plan de bienestar estudiantil. El plan debe incluir principios claves para organizar la comida escolar, cumplir con los objetivos de una educación para la salud y la nutrición, y enseñar buenas maneras.
"El papel de la comida escolar es ser una herramienta pedagógica para enseñar sobre la buena nutrición y los buenos hábitos alimenticios, así como para aumentar el consumo de vegetales, frutas y bayas, pan de maíz y leche baja en grasa".
Foto: Rosa María Torres
Los municipios son los responsables de monitorear y evaluar las comidas escolares. Las decisiones sobre menús, compras y proveedores se toman a nivel municipal. La comida representa 8% del gasto en educación por alumno. Hay municipios que se juntan y colaboran a fin de optimizar los servicios y reducir costos.

Muchos planteles tienen cocina para preparar los alimentos; otros reciben la comida lista para servir. Todos tienen comedor.

Además del almuerzo, muchos planteles ofrecen snacks (comidas rápidas) a los estudiantes que participan en clubes (actividades extracurriculares, después de la jornada escolar). En algunos casos se cobra por estos snacks. O bien se preparan y envían desde la casa.

Los padres de familia reciben de la escuela información sobre el menú de cada semana, y son consultados y alentados a hacer comentarios y sugerencias. Además, la escuela orienta a las familias sobre temas nutricionales y buenos hábitos alimenticios.
Foto: Rosa María Torres

Se espera que los alumnos comenten y provean feedback sobre la comida escolar y sobre el servicio. Además de una nutrición balanceada, se estimula el ejercicio físico y el buen dormir, tres elementos claves para la salud, el bienestar personal, el aprendizaje y la capacidad de concentración.


En las escuelas, los alumnos almuerzan en varios turnos. El primer turno es para los más pequeños. Profesores y alumnos comen juntos. Al último turno se suma también el personal de cocina y de limpieza. El servicio funciona como auto-servicio, de modo que cada persona se sirva lo que desea y en las porciones que desea.

Se recomienda que la comida transcurra con tiempo, sin prisas ni presiones, a fin de que sea una experiencia placentera. La comida se considera no solo alimentación sino también una oportunidad de socialización, esparcimiento y aprendizaje.

Mis observaciones en tres comedores escolares
Foto: Rosa María Torres

Almorcé en tres planteles escolares y en un centro de educación de adultos, lo que me permitió conversar con algunos profesores sobre el tema, y observar cocinas y comedores en acción.

Los comedores son amplios, luminosos, vistosos. Tambien aquí, el mobiliario es sencillo y práctico. Hay mucho colorido en las paredes, adornadas con dibujos y murales hechos por los alumnos.


Foto: Rosa María Torres
En los edificios más modernos, de reciente construcción, la tendencia es integrar el comedor escolar como parte de un espacio multifuncional más amplio. Mesas y sillas se usan para diversos propósitos, más allá de la hora del almuerzo.

Todo es manejado con higiene y pulcritud. El personal de la cocina usa delantales, guantes y gorros. La limpieza de las mesas y del piso se hace de manera constante.

No hay kioskos ni bares vendiendo comida en los planteles o fuera de estos. No ví ninguna máquina expendidora de comida en los planteles que visité, pero leí que otros visitantes las encontraron y que en esta decisión participan los padres de familia. Sí encontré máquinas de este tipo en las bibliotecas. En las salas de profesores, y en algunos espacios sociales dentro de las escuelas, ví máquinas de café.
Foto: Rosa María Torres

La comida finlandesa usa mucho pescado, verduras, papas, pan. El menú escolar consiste de un plato fuerte, una ensalada, a veces una sopa, pan. En la primera escuela en que comí había albóndigas, puré de papas y ensalada con aderezo. Me dijeron que ésta es una de las opciones favoritas de los alumnos. En otro colegio ví que ofrecían platos musulmanes; me explicaron que esto se debía a que hay varios estudiantes musulmanes en ese plantel, provenientes sobre todo de familias africanas y asiáticas.

Foto: Rosa María Torres

■ 
Solo existen dos opciones de bebida: agua o leche (leche en infinidad de variantes, deslactosadas, descremadas, etc.). Viniendo de América Latina, de la lucha contra las gaseosas, las bebidas azucaradas y los jugos, esto es algo que me maravilló. La leche es, en verdad, un favorito nacional; los niños aprenden a amarla en la familia y desde la primera infancia. De hecho, los finlandeses están entre los mayores consumidores de leche en el mundo (130 litros per cápita al año).

Las verduras no son muy populares, como es usual. ¿Qué hacen para que los alumnos coman verduras?, pregunté. No se les obliga a comerlas. Se les pide que prueben y se sirvan una porción pequeña, para no desperdiciar. El problema se da no solo en la escuela sino también en el hogar. Los padres de familia luchan con esto y muchos, más bien, esperan ayuda de la escuela. ¿Qué tal organizar huertos escolares, donde los alumnos cultivan y se involucran con la comida que producen?, pregunté. No hay tradición de huertos escolares. De hecho, no ví ninguno en los planteles que visité.


Foto: Rosa María Torres
Lo que más me llamó la atención es la autonomía y solvencia con que se manejan los alumnos en el comedor, incluidos los más pequeños. Cada quien se ubica en la fila, se sirve lo que desea, lo lleva a su mesa, come y socializa con otros, y luego se levanta y deposita la bandeja donde corresponde, clasificando cada cosa en su lugar: platos, vasos, cubiertos, sobras. Es como para quedarse observando largo rato. Una estampa fascinante de cultura ciudadana aprendida y ejercida diariamente en la escuela.

Para saber más
» School meals in Finland (2014)
» Free school meals move fails, BBC (2002)

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