Ecuador: 4 años de «revolución educativa»

Bonil

Rosa María Torres
Texto ampliado de la entrevista concedida al periódico oficial El Ciudadano
(no publicada por el diario)
Quito, enero, 2011

¿Qué opina sobre la situación actual del área educativa?

La educación ha vuelto a tener presencia en la agenda nacional. Hay avances cuantitativos (especialmente cobertura de la educación básica) más que cualitativos.

El incremento en la inversión social en los últimos años es loable, pero sabemos que más inversión no necesariamente implica buen uso de los recursos ni mejoría de la educación. Por lo demás, no se está cumpliendo con lo estipulado en la nueva Constitución (2008, Disposición Décimoctava) aprobada en este mismo gobierno, a partir de lo establecido en el Plan Decenal de Educación 2006-2015 : el compromiso de incrementar anualmente un 0.5% del PIB para la educación - inicial, básica y bachillerato - hasta llegar al 6%.

Lo más destacable del quinquenio: la recuperación del principio de gratuidad de la educación pública, eliminando las nefastas “cuotas voluntarias”, entrega de uniformes y de textos escolares gratuitos, y ampliación del desayuno escolar a los 200 días que dura el año lectivo. (Lastimosamente, los textos son gratuitos pero malos, como concluyen evaluaciones y veedurías independientes y mi propio análisis de varios de ellos).

La eliminación de las cuotas - iniciada en el gobierno anterior, de Palacio – evidencia la importancia de la mentada «voluntad política», al más alto nivel, y de la continuidad de las políticas. Solamente desde la política educativa y desde el Ministerio de Educación es imposible avanzar la educación; se requiere poner la política económica y la política social al servicio del desarrollo educativo. El Ecuador actual es un magnífico ejemplo de esto. Subsisten de todos modos planteles que siguen pidiendo ayudas monetarias a los padres de familia para cubrir mejoras, gastos de electricidad, pago de maestros de asignaturas como computación, inglés, música, etc.

Lo más negativo: el acentuado centralismo, el personalismo y el autoritarismo, la tecnocratización, la falta de diálogo, consulta y participación social, la penalización de la crítica e incluso del pensamiento independiente, el clima de permanente enfrentamiento y deslegitimación del movimiento indígena y del magisterio. La evaluación docente fue convertida en campo de batalla política (acabar con la Unión Nacional de Educadores - UNE y con el Movimiento Popular Democrático - MPD, ambos ex-aliados del gobierno) más que técnica, y se ha hecho a costa de gran descrédito del magisterio nacional y de la educación pública. Contradictorio, por decir lo menos, con el propósito declarado de “mejorar la calidad de la educación” y fortalecer la escuela pública (De hecho, un gobierno de derecha como el de Macri en la ciudad de Buenos Aires se sintió inspirado por el «modelo ecuatoriano» de evaluación docente y decidió adoptarlo). Las capacitaciones que vienen realizándose antes y a partir de las evaluaciones podrían haberse hecho sin necesidad de dichas evaluaciones pues las falencias del magisterio son grandes y ampliamente conocidas, y no se resuelven con cortos cursos de capacitación, marcados además por la lógica de «aprender para la prueba», para el puntaje, para el incentivo y, por último, para no perder el empleo.

El gran fiasco educativo de este gobierno fue la declaratoria de «Patria Alfabetizada» (8 sep. 2009), con el aval de la Oficina de la UNESCO en Quito, que debió dar marcha atrás cuatro meses después. Un mal uso de esa misma voluntad política, forzando los tiempos y las estadísticas. El propio informe encargado por la UNESCO y elaborado por investigadores de FLACSO-Ecuador - "La alfabetización en el Ecuador: Evolución histórica, información actualizada y mapa nacional del analfabetismo 2009 (Min. Educación-UNESCO, sep. 2009) - advertía que no debían usarse las proyecciones para estimar la tasa nacional de analfabetismo y recomendaba esperar a las estadísticas oficiales del INEC que saldrían tres meses después. El dato proporcionado por el INEC, basado en la Encuesta de Empleo y Desempleo 2009, fue 7.8% de analfabetismo adulto, no el 2.7% anunciado en la Declaratoria. (Cabe recordar, con todo, que estas cifras siguen basándose en la autopercepción y autodeclaración de las personas, no en evaluaciones de sus niveles de manejo de la lectura y la escritura). 
¿Qué problemas identifica en el sector educativo?

Muchos, todos de largo arrastre y de larga resolución. La oferta educativa en el país es una de las más deficientes en América Latina. Esto está a la vista y así lo ratifican las evaluaciones nacionales e internacionales de rendimiento escolar. Persisten las grandes brechas urbano/rural y las inequidades vinculadas a los grupos indígenas y afrodescendientes. Las deficiencias no son atribuibles solo al sistema escolar sino a la sociedad toda, a la cultura política, los medios de información, la sociedad civil. Revisar el currículo prescrito es importante, pero son los docentes quienes plasman el currículo real. Sigue enquistada una vieja pedagogía escolar, social y política que es antidemocrática y que responde a prejuicios más que a conocimiento. Ni los gobiernos más reaccionarios han despreciado y han dado tan mal trato al magisterio, cuando de lo que se trata es de revalorizar y poner a los docentes en el centro, también como ciudadanos y como sujetos de la «revolución ciudadana» y de la «revolución educativa», trabajando con las familias y con toda la sociedad.

¿Qué opina de la Ley Orgánica de Educación Intercultural que se tramita en la Asamblea?


Habría mucho para analizar y decir al respecto, no solo desde lo propuesto sino desde sus implicaciones prácticas para la ejecución. Como sabemos, entre las leyes-deseos y su puesta en marcha suele haber un gran abismo. En este caso, además, la ley no establece claros marcos presupuestarios ni cuenta con uno. Los reordenamientros territoriales y organizativos propuestos parecen sencillos de llevarse a la práctica, vistos sobre un mapa, pero implican reordenamientos complejos, de toda índole, algunos ya ensayados en el país y en otros países y que no han llegado a buen término (por ejemplo la nuclearización y la zonificación del sistema escolar). Fijar una jornada laboral de 8 horas diarias para los docentes (en un calendario escolar que ya tiene 200 días, uno de los más extendidos de América Latina) no mejora ni resuelve por sí mismo nada, y más bien genera nuevos frentes de batalla docente. Por lo demás, las evaluaciones y la experiencia mundial muestran que más tiempo escolar no es garantía de mejor educación. La propuesta de Nuevo Bachillerato presentada al país es improvisada y ha sido analizada muy críticamente (ver por ejemplo: Universidad Andina Simón Bolívar -UASB).

Más allá de avances que podrían destacarse (por ejemplo en cuanto a remuneraciones docentes), la ley no apunta a cambios de fondo en la educación. EDUCACION sigue entendiéndose como sistema escolar, como «sector», como campo de decisiones tomadas central y verticalmente, bajo la «rectoría» de un Ministerio. Las Unidades Educativas del Milenio (UEM) - 10 construidas hasta hoy, de 28 anunciadas - no son la semilla de un nuevo modelo educativo; se trata de una propuesta selectiva y elitista, que vuelve a centrarse en la arquitectura, el equipamiento, las tecnologías, más que en un nuevo proyecto pedagógico. Esto mismo ha venido implementándose, con otros nombres y muchas críticas, en otros países, como el Chile de Piñera ("Liceos de Excelencia") o el Perú de Alan García ("Colegios Emblemáticos").

El término “revolución educativa” le queda grande a lo que viene haciéndose y a lo que se propone para el futuro. No hay un cambio de paradigma, coherente con el paradigma del Buen Vivir adoptado en la nueva Constitución y con la construcción de ciudadanía activa, lo que es en sí misma la razón de ser de la educación. El Ecuador se ha embarcado - con la consabida asesoría internacional (ver por ejemplo el CEPP en Argentina) - en la reforma educativa convencional y en el paquete típico de evaluaciones de desempeño escolar y desempeño docente, indicadores, estándares, pruebas estandarizadas, ránkings, pago por mérito, incentivos, etc., que forman parte de la ideología educativa dominante en la actualidad y que viene siendo prescrito y desarrollado por el Banco Mundial desde los 1990s, antes que en la construcción del modelo propio, alternativo, cuestionador del paquete neoliberal, que habría sido de esperar de y para una «revolución ciudadana» y un gobierno que se define como progresista y antineoliberal.

La verdadera «revolución educativa» empezará el día que el Presidente y su gabinete saquen a sus hijos de los planteles privados y les pongan en planteles públicos
.
Para saber más:

Educiudadanía - Red Ciudadana de acompañamiento al Plan Decenal de Educación
II Informe de Acompañamiento Ciudadano al Plan Decenal de Educación (PDE), sep. 2011
Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) aprobada por la Asamblea Nacional el 11 enero 2011 (posteriormente vetada por el Ejecutivo, modificada y publicada en el Registro Oficial el 31 marzo 2011) Ver Seguimiento a la ley
Ministerio de Educación: Estándares de calidad educativa. Propuesta para discusión ciudadana.
PREAL/Grupo Faro/Fund.Guayaquil/Contrato Social por la Educación Informe de Progreso Educativo Ecuador 2006
PREAL/Grupo Faro/Fund.Guayaquil: Informe de Progreso Educativo Ecuador 2010

Grupo Faro: Los Desafíos del Plan Decenal de Educación (2010)
▸ Compilado de noticias y análisis en torno al Nuevo Bachillerato Ecuatoriano
Blog  OTRA∃DUCACION 
Eduardo Gudynas, Buen vivir: Germinando alternativas al desarrollo, Separata: Destaques del Foro Social Mundial 2011, América Latina en Movimiento No 462, febrero 2011 (PDF)

Textos relacionados
:
Rosa María Torres, Disputa mediática y educación (Ecuador)
Rosa María Torres, 12 tesis para el cambio educativo
Rosa María Torres, La pasividad de los ecuatorianos (a propósito de política, educación y ciudadanía)
Ver también:

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